Batalla de Poitiers (732)
También llamada Batalla de Tours
La batalla de Poitiers ha sido considerada como el episodio decisivo que frenó la expansión del Islam en Europa durante siglos, hasta la llegada de los otomanos. En octubre del año 732 d.C., un ejército a las órdenes del valí de Al-Ándalus, Abu Said Abderramán al-Gafiqi se encontró frente a frente con los ejércitos dirigidos por Eudes de Aquitania y los francos al mando de Carlos Martel.
Los sarracenos. después de conquistar la península Ibérica en apenas quince años y atravesar los Pirineos, en el año 732 pusieron la mira en las tierras del Loira. Al contrario que en tierras hispanas, donde se habían establecido, en las francesas se habían limitado a dominar algunas plazas fuertes y desde allí realizar campañas de saqueo en busca de botín y esclavos. El objetivo en otoño del 732 era la abadía de San Martín en Tours, una de las más importantes de la cristiandad occidental.
El duque Eudes de Aquitania (Odón el Grande) dominaba el territorio que comprendía aproximadamente la mitad suroeste de la actual Francia y pidió entonces ayuda a Carlos Martel, mayordomo de palacio de Austrasia (en la actual Alemania) para defender sus tierras.
Antecedentes de la batalla de Poitiers
Los sarracenos habían llegado a la península ibérica en el 711 y a partir del noreste de esta península sometieron fácilmente Septimania, estableciendo Arbuna (Narbona) como su capital, otorgando unas condiciones honorables a sus habitantes, pacificaron rápidamente el suroeste de lo que hoy es Francia y amenazaron durante unos años los territorios francos dominados por los Reyes Mervingios.
El Duque Eudes de Aquitania (Odón el Grande) había derrotado decisivamente una importante fuerza musulmana en 721 en la denominada batalla de Tolouse, pero las razias musulmanas continuaron, llegando en el año 725 hasta la ciudad de Autun en Borgoña.
Amenazado por los musulmanes por el sur y por los francos desde el norte, Eudes se alió en el año 730 con Uthman ibn Naissa, denominado «Munuza» por los francos, el que posteriormente sería emir bereber de la región que más o menos coincidiría con la actual Cataluña. Como tributo, Odón dio a su hija Lampade en matrimonio a Uthman para sellar la alianza, y las razias musulmanas a través de los Pirineos terminaron.
En consecuencia Uthman (Munuza) se sublevó contra el valí de Al-Ándalus al-Gafiqi, pero este envió una expedición de castigo y persecueción a la capital de la Cerdaña, Llivia, sede del moro Munuza. Posteriormente, dirigió su atención contra el antiguo aliado del traidor, Eudes. El duque reunió su ejército en Burdeos, pero fue derrotado en la batalla del Garona, y Burdeos saqueada.
Posteriormente en el 732, una fuerza incursora musulmana se dirigía en dirección norte hacia el río Loira, con la intención de asaltar las riquezas de la Abadía de San Martín en Tours, la más prestigiosa y sagrada de aquel tiempo en el oeste de Europa. Al tener noticias de esta incursión, el Mayordomo de Palacio de Austrasia, Carlos Martel, reunió a su ejército, de unos 15.000 veteranos, y marchó hacia el sur.
Eudes de Aquitania pidió ayuda a los francos, una ayuda que Carlos Martel solo le concedió después de que Odón aceptara someterse a la autoridad franca merovingia.
La batalla
Las fuentes de esta batalla son escasas, y ni siquiera se sabe con certeza el año del evento, ni el lugar exacto de la confrontación que se ha localizado entre Poitiers y Tours.
Las fuentes musulmanas de Al-Ándalus de la época la situaron en torno al 732, pero la Crónica de 754, cristiana y contemporánea, sugirió que el combate se produjo a finales de 733 o 734, probablemente en octubre
Durante seis días, los dos ejércitos se vigilaron con solo escaramuzas menores. Ninguno de los dos quería atacar. Los francos estaban bien equipados para el frío y tenían la ventaja del terreno. Los musulmanes no estaban tan bien preparados para el frío, pero no querían atacar al ejército franco. La batalla empezó el séptimo día, puesto que al-Gafiqi no quería posponer la batalla indefinidamente.
Al-Gafiqi confió en la superioridad táctica de su caballería, y la hizo cargar repetidamente. Sin embargo, esta vez la fe de los musulmanes en su caballería, armada con sus lanzas largas y espadas, que les había dado la victoria en batallas anteriores, no estaba justificada. En una de las raras ocasiones en las que la infantería medieval resistió cargas de caballería, los disciplinados soldados francos resistieron los asaltos, pese a que, según fuentes árabes, la caballería musulmana consiguió romper varias veces el exterior del cuadro franco. Pero a pesar de esto, la fuerza franca no se rompió.
Según una fuente franca, la batalla duró un día —según las fuentes árabes, dos. Cuando se extendió entre el ejército musulmán el rumor de que la caballería franca amenazaba el botín que habían tomado en Burdeos, muchos de ellos volvieron a su campamento. Esto le pareció al resto del ejército musulmán una retirada en toda regla, y pronto lo fue. Mientras intentaba frenar la retirada, al-Gafiqi fue rodeado y finalmente muerto. En lo que fue la carga definitiva de la caballería del Duque Odón, que aguardaba oculta en los bosques al norte de la posición del cuadro de Carlos Martel, resultando un movimiento envolvente a la manera de los ejércitos francos, como si de un martillo contra un yunque se tratara, acabando con toda posibilidad de reagruparse del ejército enemigo. Los musulmanes supervivientes regresaron a su campamento.
Importancia de la batalla
Durante siglos, la historiografía europea elevó la batalla de Poitiers a la categoría de mito, definiéndola como el episodio que salvó la Cristiandad occidental.
Según otros historiadores «Carlos Martel rechazó solo una de las constantes razzias que los musulmanes emprendían estacionalmente en busca de botín. Antes, los francos habían derrotado ya algunas de estas incursiones sin ánimo expansionista, y las mismas se siguieron produciendo después hasta que Pipino el Breve acabó con los restos del poder musulmán en Francia en 759.
Actualmente muchos creen que, aunque la campaña que llevó a la batalla fue solo de saqueo y no de expansión, esta fuerza era sin duda la mayor que pisó territorio francés.
No obstante, la contemporánea y cristiana Crónica mozárabe refiere que las tropas comandadas por Carlos “Martel” superaban ampliamente en número a las de Gafiqi. Con esta batalla se debilitó mucho el poder musulmán en el sur de Francia, perdió a su mejor comandante y cualquier intención posible de expansión se terminó.
El resultado fue la detención de las conquistas musulmanas en Europa y la consolidación definitiva de la dinastía de Martel, los Carolingios. Diecinueve años después su hijo, Pipino el Breve se hizo proclamar rey.
Batalla de Poitiers
Comentarios de Catherina (CCC).
A destacar: