El año 767, su tío Aznar Remistany, que se había pasado a los francos, falta a su juramento y se suma a la causa de Waifre, quien lo recibe con grandes muestras de alegría, y ahora puede contar con su apoyo para hacer frente al peligro franco. Pipino, entretanto, había ordenado a sus condes que apresaran a Aznar Remistany, del que se apoderaron. Fue llevado este ante el rey franco, lo mismo que su mujer y El rey encargó a Uniberto y a Ghislar, condes de Berri, que fuera ahorcado.
Después de esta ejecución, el rey Pipino en persona marchó a las orillas del Garona, y allí, los vascones que vivían en la otra orilla vinieron a su encuentro y le prestaron juramento de ser fieles al rey así como a sus hijos Carlos y Carlomán. El rey Pipino hacía años que venía interfiriendo el proceso integrador del estado vascón-aquitano impidiendo su consolidación. La invasión de Aquitania desde el Loira inclinaba la pugna en favor de los francos.