Los Francos
La palabra franco (Frank o Francus) significa «libre» en la lengua de los francos, ya que los francos no estaban dominados por el Imperio romano ni por ningún otro pueblo.
El origen de los francos es una de las cuestiones más debatidas entre los estudiosos. El nombre popular (los hombres libres) expresa a las claras que su etnogénesis se produjo a partir de grupos étnicos fragmentados. Como otras grandes estirpes de los germanos occidentales la etnogénesis franca no se produjo con el surgimiento de una Monarquía militar, sino mediante la formación de una liga que agrupaba a diversas soberanías domésticas. Su coagulación se haría en la región del bajo Rin no antes de finales del siglo III, tal vez como consecuencia de la progresión sajona hacia el oeste. Allí acabaría por englobar a toda una serie de etnias transrenanas, cuyos nombres pudieron conservarse en algunos de los grupos de la nueva liga franca.
Expansión de los Francos
Los francos salios eran parte del pueblo germano de los francos que habitaba, a mediados del siglo III d. C., en el valle inferior del río Rin, en los actuales Países Bajos y noroeste de Alemania. El origen de su nombre está vinculado con el río IJssel (forma antigua Isala) y también con la ciudad de Saló, hoy Overijse, en Bélgica.
La primera historia escrita de los francos está en el libro Histoire des francs, obra del obispo Gregorio de Tours, quien nació y murió en el reino franco de Neustria (c. 538 – c. 594). Según esta crónica, que es parte de una historia eclesiástica reproducida en un manuscrito del siglo VIII, el primer duque o rey de los francos salios fue Pharamond (Faramundo).
Ocupaban un territorio lacustre en la confluencia del Vecht y el Ijssel, el Sallzee, que pasó a llamarse en la Edad Media el Salland (Salaland). Un territorio en la frontera de la tierra, el agua dulce y el agua salada. En cualquier caso nacieron con los pies en el agua, sobre una tierra anfibia; de ahí esta leyenda de Meroveo, descendiente de un monstruo marino, que dió nombre a la Dinastía Merovingia.
Hasta 288 los salios, al igual que las demás naciones germánicas, alternaban incursiones sobre las fronteras del imperio romano con acuerdos militares (foedus) con él. Pero en dicha fecha Maximiano, que compartía el poder romano con el Diocleciano, decidió aplastar a todos los que se opusiesen a Roma. Viendo llegar contra él a un ejército romano imbatido desde hacía varios años, el rey salio Genobaudo aceptó someterse sin combate junto con todo su pueblo. Maximiano aceptó su rendición e instaló a los salios en Toxandria, junto a la desembocadura del Rin con el estatuto de Foederati (pueblos sometidos a la autoridad imperial). Protegidos por la paz romana, crecieron y se extendieron al oeste, a lo largo del mar del Norte.
Los Francos ripuarios (latín: Ripuari) o francos renanos fueron una rama de los francos que vivían a lo largo del curso medio del río Rin durante la época romana. El nombre “ripuario” deriva del latín ripa (“orilla”). Los ripuarios (es decir, los “habitantes de las orillas”) eran las tribus francas que se establecieron a partir del siglo IV en el Rin central y sus alrededores (Mosa superior, Sieg inferior, Ahr, Erft y Ruhr)
Las primitivas mitología y religión francas eran paganas y pertenecientes a las mitologías germánicas en su forma de ver la naturaleza. Sus creencias politeístas se cree que florecieron entre los francos hasta la conversión de Clodoveo I al cristianismo, después de que el paganismo se marchitara lentamente.
El pueblo que finalmente será conocido como los Ripuarios probablemente estaba compuesto por miembros del ejército de los francos que fueron derrotados por el emperador Maximianus (260-313) en la batalla en Tréveris.1 Ellos comenzaron a poblar las regiones de Andernach, bajando por el Rin a lo largo del siglo V y tomando posesión de Colonia, donde ocuparon la orilla izquierda del Rin en la zona conocida como Germania Secunda, en la actual Renania del Norte-Westfalia (Alemania). Los ripuarios extendieron su dominio al sur del Rin (Worms yEspira) —de ahí viene el nombre de francos del Rin— y también se propagaron en la «Belgica Secunda», en zonas al sur tan alejadas como el río Mosela (Metz y Tréveris), aunque sin tomar esta última.
Comentarios de Catherina (CCC).
A destacar: