La famosa frase supuestamente dicha por Ataulfo y recordada por San Jerónimo, de abandonar la idea que había tenido por un momento de sustituir el Imperio romano por una Gothia, en caso de ser cierta debe interpretarse en el sentido de que con su matrimonio Ataulfo optaba decididamente por su integración plena en el Imperio, emparentado con su aristocracia militar, lo que a medio plazo habría supuesto olvidarse de su realeza étnica y de su mismo pueblo godo.
Sin embargo, tal objetivo fracasó por la firme intransigencia de Honorio y del poderoso generalísimo Constancio que abrigaba la idea de hacer a Placidia su propia esposa, así como por la muerte prematura del fruto de la unión de Ataulfo y Gala, al que se le impuso el significativo nombre de Teodosio (muerto 414-415).
Presionado y perseguido de lejos por el ejército de Constancio —que con un gran ejército logró apoderarse de todas las remesas de grano en los puertos de la Galia e impidió el abastecimiento de los godos, que incapaces aún de labrar la tierra, necesitaban de suministros para subsistir—, Ataulfo y sus godos se vieron obligados a abandonar el mediodía galo y penetrar en la Península Ibérica a finales del 414, tratando de vivir sobre el terreno, luchando incluso contra los invasores vándalos.
“En Barcelona sufrió la muerte de su joven hijo —enterrado con gran pompa en un sarcófago de plata—, lo que arruinaba definitivamente la opción de la integración en el Imperio.”
Unos meses después, en septiembre, Ataulfo era mortalmente herido mientras inspeccionaba sus cuadras por un sirviente suyo de nombre Eberwulfo —Ataulfo lo había tomado a su servicio y ridiculizado por lo pequeño de su estatura—, que se vengaba así de la muerte de su antiguo patrono, tal vez el rosomón Saro —sin embargo, parece ser que la causa de este asesinato fue el sentimiento demasiado filorromano del rey que disgustaba bastante a la alta nobleza visigoda.
Su sucesor Sigerico († 415), precisamente hermano de Saro, que mató a los hijos de Ataulfo de corta edad tenidos de otras mujeres y humilló a la viuda Gala Placidia.