Musa bin Nusayr al-Bekir (موسى بن نصير )
Gobernador de Ifriqiya y al-Andalus
Caudillo militar y gobernador árabe del norte de África, responsable de la conquista musulmana de Marruecos y la península Ibérica. Nació en La Meca (Arabia), aproximadamente hacia el año 640, y murió, en extrañas circunstancias, en la misma ciudad, en el año 718. Una vez ocupado todo el Magreb hasta la costa del Atlántico, ordenó a Tariq Ibn Ziyad un primer ataque contra la península Ibérica en el año 711, para pasar a dirigir luego personalmente las operaciones de conquista en la misma. Después de varios enfrentamientos con su lugarteniente Tariq, fue llamado a Damasco por orden del califa omeya al-Walid, que le destituyó de todos sus cargos. Su puesto fue ocupado por su hijo Abd al-Aziz Ibn Musa.
Ibn Nusayr era un liberto yemení del gobernador de Egipto Abd al-Azir, hermano del quinto califa omeya de Damasco Abd al-Malik (685-705). Bajo el califato de éste, Ibn Nusayr ejerció el cargo de cobrador de contribuciones en Basora, pero fue acusado de malversación de fondos. Huido a Egipto al amparo de Abd al-Azir, el hermano del califa consiguió de éste el perdón para su liberto tras el pago de una fortísima multa. Ibn Nusayr recobró todo su prestigio y fue nombrado gobernador de Ifriqiyya (ÁFRICA) y sus contornos, provincia a la sazón dependiente del waliato de Egipto. Una vez muerto Abd al-Malik, el nuevo califa al-Walid le encomendó la tarea de conquistar los territorios más occidentales del Magreb (actual Marruecos), lo que Ibn Nusayr realizó con eficacia. Las tropas de Ibn Nusayr ocuparon Sijilmassa, en el corazón mismo del Magreb, al sur del Gran Atlas, donde dejó a uno de sus hijos con la misión de someter a la tribu beréber de los masmuda, mientras que él ocupaba las dos orillas del río Muluyya y se hizo dueño de Tánger.
Ibn Nusayr regresó a Qairaouan (Túnez), capital de Ifriqiyya, cargado de rehenes de todas las tribus que había sometido, una vez que dejó en la jefatura de cada ciudad marroquí de importancia a un cliente suyo con el propósito de apuntalar sus conquistas.